miércoles, 4 de diciembre de 2013

Caramelos de miel



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INGREDIENTES


  • Azúcar 350 g
  • Miel 3 cdas
  • Agua 5 cdas
  • Vinagre de alcohol 1 1/2 cda
  • Azúcar para recubrir c/n



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PROCEDIMIENTO




Colocar en un recipiente el azúcar, la miel, el agua, y el vinagre. 

Mezclar
.
Llevar al fuego hasta conseguir punto caramelo duro.

Volcar una gota del almíbar en un vaso con agua fría, si éste forma 

una bola dura, se consiguió el punto.

Si se cuenta con un termómetro, se puede medir la temperatura de

 la preparación que debe alcanzar los 150º C ó 155º C.

Colocar en una fuente una capa de azúcar de 2 cm de espesor.

Practicar sobre el azúcar unos hoyos pequeños. Volcar el caramelo 

sobre los hoyos y cubrir con azúcar.

Esperar que los caramelos se sequen. Esto demora alrededor de 2 

horas.

Conservación

Conservar en frascos de vidrio. Colocar los frascos en un lugar 

seco y oscuro.





Duración: 12 meses.



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Basta de tos, hace tus caramelos de miel…enfermoenfermoenfermoenfermoenfermo

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sábado, 23 de noviembre de 2013

Agua sexual



Rodando a goterones solos,
a gotas como dientes,
a espesos goterones de mermelada y sangre,
rodando a goterones,
cae el agua,
como una espada en gotas,
como un desgarrador río de vidrio,
cae mordiendo,
golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del
alma,
rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,
un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
un movimiento agudo,
haciéndose, espesándose,
cae el agua,
a goterones lentos,
hacia su mar, hacia su seco océano,
hacia su ola sin agua.

Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,
bodegas, cigarras,
poblaciones, estímulos,
habitaciones, niñas
durmiendo con las manos en el corazón,
soñando con bandidos, con incendios,
veo barcos,
veo árboles de médula
erizados como gatos rabiosos,
veo sangre, puñales y medias de mujer,
y pelos de hombre,
veo camas, veo corredores donde grita una virgen,
veo frazadas y órganos y hoteles.

Veo los sueños sigilosos,
admito los postreros días,
y también los orígenes, y también los recuerdos,
como un párpado atrozmente levantado a la fuerza
estoy mirando.

Y entonces hay este sonido:
un ruido rojo de huesos,
un pegarse de carne,
y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,
escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.

Estoy mirando, oyendo,
con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma
en la tierra,
y con las dos mitades del alma miro al mundo.

y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
veo caer un agua sorda,
a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.

Veo pasar sus aguas a través de los huesos.



                                                                                  Pablo Neruda